Utilización ancestral
En Francia, las virtudes medicinales del casis se describieron en el siglo XVI en la obra La venerie, de Jacques du Fouilloux, que le reconocía el poder de curar las mordeduras de víbora. En el siglo XVII, se describió como un remedio para todos los males en Les propriétés admirables du cassis, escrito por el abad Bailly de Montaran. Se consideraba eficaz «contra las fiebres, la viruela, las lombrices y todo tipo de mordeduras y picaduras».
Botánica
El casis es un arbusto de alrededor de 1,5 m de altura, cuyo olor aromático procede de pequeñas glándulas resinosas amarillas situadas bajo las hojas. Las hojas se recogen de mayo a julio. Sus bayas son pulposas, de color negro brillante, reunidas en racimos colgantes. El casis crece actualmente en estado silvestre en Europa Central y Oriental, en Asia Septentrional y en el nordeste de Francia.
Propiedades
Gracias a sus propiedades antiinflamatorias1,2 y condroprotectoras3, las hojas de casis actúan eficazmente en caso de manifestaciones artrósicas4. Sus acciones antioxidantes y antiinflamatorias permiten recomendarlo en la recuperación postinfecciosa o la fatiga debida a estrés5.
Indicaciones
- Apoyo inmunitario y recuperación postinfecciosa
- Dolor articular, artrosis crónica
Posibles asociaciones
Casis + Llantén:
alergias estacionales.
Casis + Ginseng:
recuperación postinfecciosa.
Precauciones de empleo
Contraindicado en caso de enfermedad cardiaca seria, trastorno renal o hipersensibilidad a las sustancias activas.