Efectuar una búsqueda

Salud de la mujer

Cuidar de la microbiota vaginal

La microbiota vaginal se compone de un 90 % de lactobacilos. Numerosos factores relacionados con el entorno o el modo de vida pueden desequilibrar la microbiota vaginal.

Una microbiota vaginal desequilibrada se vuelve vulnerable y favorece la aparición de molestias íntimas. Descubra algunos consejos prácticos para reducir el impacto de las molestias en la vida cotidiana.

Factores de riesgo de desequilibrio de la microbiota vaginal

Ciertos elementos pueden alterar la microbiota vaginal y fragilizarla:

  • Causas fisiológicas: la menstruación, el embarazo y la menopausia son los tres periodos clave de modificación de la microbiota vaginal. La causa es la evolución de la cantidad de estrógenos presentes en el organismo, ya que los lactobacilos dependen totalmente de ellos. 
  • Estrés: para adaptarse a una situación de estrés, el organismo produce adrenalina y cortisol. En caso de estrés regular, estas hormonas, producidas en exceso, pueden disminuir la acción del sistema inmunitario y favorecer de manera más importante la aparición de estas molestias. 
  • Tabaco: las sustancias presentes en el cigarrillo, como la nicotina o las aminas, alteran las células vaginales. Las mujeres que fuman también tienen una concentración más baja de estrógenos en la sangre, que da lugar a una disminución de los lactobacilos. 
  • Vida sexual: la frecuencia de las relaciones tiene un impacto directo sobre la microbiota vaginal. Una actividad sexual regular es beneficiosa para la salud de la microbiota vaginal.

¿Lo sabía?

 

En verano, numerosos factores son favorables para el desarrollo de las molestias íntimas. El calor y la transpiración, sobre todo, pueden producir una deshidratación. Algunos trastornos intestinales más frecuentes durante un viaje también pueden contribuir al desarrollo de molestias urinarias. Preste una atención especial a no llevar el traje de baño mojado durante demasiado tiempo, a tomar una ducha después del baño y a orinar regularmente y después de cada relación sexual.

Prevenir el desequilibrio de la microbiota vaginal gracias a una buena higiene de vida

Las secreciones vaginales permiten a la vagina «autolimpiarse». En cambio, no ocurre así con la vulva, por lo que es importante, desde la infancia, practicar una higiene suave y eficaz para mantener el equilibrio de la microbiota vaginal.

 

Algunas reglas que hay que recordar:

  • Lávese una vez al día, idealmente con un producto de higiene íntima, siempre de delante atrás. 
  • Séquese con una toalla limpia.
  • Evite llevar protegeslips, compresas y tampones fuera del periodo de la regla. 
  • Durante la regla, cámbiese regularmente la protección higiénica. 
  • En caso de desequilibrio recidivante, opte por la utilización de un producto de pH alcalino. La cavidad vaginal debe mantenerse ácida. El pH debe estar entre 4,5 y 8 sin riesgo de alteración para la microbiota vaginal.
  • Beba diariamente 1,5 litros de agua. En caso de cistitis, aumente el aporte a 2-2,5 litros para eliminar los gérmenes patógenos.

Después de la menopausia

 

Durante este periodo, la mujer está más sometida a pérdidas urinarias provocadas por la inestabilidad de los músculos pélvicos. El contacto repetido de la orina con la vulva, asociado al uso de protegeslips, puede fragilizar la zona. Debe privilegiarse un producto calmante e hidratante para la higiene.

Para recordar

  • La vagina posee la capacidad de limpiarse de forma natural, gracias a las secreciones vaginales.
  • Es importante privilegiar una higiene suave y adecuada para mantener el equilibrio de la microbiota vaginal.
  • Numerosos factores de riesgo pueden producir un desequilibrio: variaciones del ciclo hormonal, estrés, tabaco, vida sexual.