La microbiota intestinal, actualmente considerada como un órgano de pleno derecho del organismo humano, desempeña un papel decisivo en nuestra salud.
Antiguamente llamada «flora intestinal», la microbiota intestinal está compuesta por 10 billones de bacterias,1 que evolucionan en comunidades en el interior del tubo digestivo. La composición de la microbiota intestinal es única para cada individuo y evoluciona a lo largo de toda la vida. Su equilibrio es esencial para la salud porque, si bien numerosas bacterias presentes en el organismo son beneficiosas, otras, por el contrario, son nocivas.
La microbiota intestinal: definición
La microbiota intestinal humana corresponde al conjunto de los microorganismos que evolucionan a lo largo del aparato digestivo.
La microbiota intestinal, un órgano de pleno derecho, se compone de unos 10 billones de bacterias, es decir, del orden del número de células contenidas en el organismo.1Cada adulto alberga entre 800 y 1000 especies de bacterias, la mayoría de ellas beneficiosas para la salud.
¿Cómo funciona la microbiota?
En el interior del tubo digestivo, las bacterias viven en comunidad. Permanecen pegadas a las paredes del tubo digestivo gracias a la biopelícula, una pantalla protectora que evita que sean arrastradas por el tránsito intestinal.
La microbiota, única para cada individuo, no se extiende de manera homogénea por el ecosistema intestinal. Su densidad es mínima en el estómago y máxima en el colon.
La microbiota intestinal es un órgano estable: una vez en la edad adulta, su composición evoluciona poco.2 Al nacer y después, a partir de los 65-70 años, es cuando la diversidad de especies que alberga varía más.3
Al nacer
La microbiota intestinal del recién nacido se coloniza con un primer grupo de bacterias, en contacto con la madre, el entorno o el medio ambiente. La microbiota intestinal se vuelve más compleja progresivamente hasta alcanzar, entre los 2 y los 3 años, una fase de «madurez». En este momento, su diversidad es similar a la de la microbiota de una persona adulta.
A partir de 65-70 años
La microbiota inicia una nueva maduración. Evoluciona en las personas de edad avanzada para acoger nuevas especies de bacterias.
Cifras clave
1 a 2 kg, peso medio de la microbiota humana en el adulto.
10 billones de bacterias pueblan nuestra microbiota intestinal.
800 a 1000 especies de bacterias componen la microbiota intestinal humana.
¿Por qué modular la microbiota?
Numerosos factores influyen en la evolución y el equilibrio de la microbiota, como la disminución de la actividad física, el aumento del consumo de medicamentos o también el debilitamiento del sistema inmunitario.
La evolución de la microbiota asociada al mantenimiento de unos buenos hábitos de vida son determinantes para una buena diversidad de las especies bacterianas a una edad más avanzada.
Es interesante evaluar el estado de la microbiota intestinal a todas las edades de la vida. En caso de desequilibrio, es posible modularla mediante la alimentación, una buena higiene de vida y el aporte de prebióticos, probióticos o posbióticos.
¿Cómo equilibrar la microbiota intestinal?
Una alimentación sana para una microbiota sana
Las bacterias que componen la microbiota intestinal se nutren de los alimentos ingeridos. Por eso, para tener una microbiota bien equilibrada con una riqueza y una diversidad de bacterias, deben privilegiarse algunos alimentos día a día.
Se trata principalmente de los prebióticos, que son sustancias presentes en la alimentación, principalmente en los alimentos ricos en fibras, que sirven de alimento a las bacterias.
Por ejemplo, los prebióticos están presentes en los puerros, los cereales integrales, las alcachofas, las oleaginosas o también en los alimentos ricos en ácidos grasos esenciales, como los aceites vegetales de colza, nuez o el pescado graso.
El aporte de probióticos
La Organización Mundial de la Salud define los probióticos como «microorganismos vivos que, cuando se ingieren en cantidad suficiente, ejercen efectos positivos para la salud, más allá de los efectos nutricionales tradicionales».
Existen una multitud de probióticos, clasificados en 4 géneros, lactobacilos, bifidobacterias, estreptococos y lactococos, divididos en especies y, finalmente, en cepas. Algunas de ellas se utilizan por sus especificidades propias en la elaboración de complementos alimenticios. Ocurre, sobre todo, con los lactobacilos. Entre los más conocidos, se encuentran, por ejemplo, Lactobacillus rhamnosus, Lactobacillus casei/paracasei, Lactobacillus salivarius, Lactobacillus helveticus, Lactobacillus acidophilus y Lactobacillus fermentum.
Además de una alimentación variada y equilibrada, una buena higiene de vida contribuye favorablemente a mantener sano el organismo. Se trata de respetar los ciclos de sueño, practicar una actividad física regular, así como evaluar y gestionar las situaciones de estrés que puedan existir.
Para recordar
La microbiota intestinal humana corresponde al conjunto de los microorganismos que evolucionan a lo largo del aparato digestivo.
Cada adulto alberga entre 800 y 1000 especies de bacterias, la mayoría de ellas beneficiosas para la salud.
La microbiota intestinal del recién nacido se coloniza con un primer grupo de bacterias, en contacto con la madre, el entorno o el medio ambiente. La microbiota intestinal se vuelve más compleja progresivamente hasta alcanzar, entre los 2 y los 3 años, una fase de «madurez».
No todas las cepas probióticas tienen los mismos efectos sobre la salud. Los efectos beneficiosos de una cepa o de una asociación de cepas le son propios y no pueden extrapolarse a otra cepa.
Nuestras referencias
Sender R, et al. Revised Estimates for the Number of Human and Bacteria Cells in the Body. PLoS Biol. 2016;14:e1002533.
Zoetendal, E. G., Akkermans, A. D. & De Vos, W. M. (1998), Temperature gradient gel electrophoresis analysis of 16S rRNA from human fecal samples reveals stable and host-specific communities of active bacteria. Appl Environ Microbiol 64: 3854-3859.
Mitsuoka, T. (1992), Intestinal flora and aging. Nutr Rev 50: 438-446.