Definición de la esfera ORL
La esfera ORL está formada por la nariz, la garganta y el oído. El aire inspirado circula por las cavidades nasal u oral. La laringe es un canal por el que circula el aire y el esófago está destinado al tránsito de alimentos. Existe una zona común para los alimentos y el aire: la faringe.
Las tres cavidades se comunican con los conductos del oído a través de la trompa de Eustaquio, pero también con el exterior. Por ello, reaccionan a los cambios de temperatura, a la humedad y a las variaciones de presión. Son también sensibles a los virus y bacterias que se encuentran en el exterior, tanto en el aire como en los objetos manipulados.
Protecciones naturales que limitan la entrada de patógenos en la esfera ORL :
- El vello nasal sirve para proteger la esfera nasal. Atrapa el polvo y el polen para evitar que entren en las vías respiratorias.
- El moco existente en esta esfera constituye también una eficaz barrera de protección, que evita que los agentes patógenos e irritantes afecten o dañen a las mucosas.
- El vello de los oídos tiene como función retener las pequeñas partículas de polvo. El cerumen, presente también en éstos, retiene las impurezas y contiene propiedades antibacterianas.
Las infecciones de las esferas ORL y digestiva
Los rinovirus constituyen los principales agentes infecciosos de la esfera ORL que pueden causar, según la ubicación de la infección (vías aéreas superiores o inferiores), refriados, rinitis aguda vírica, sinusitis aguda vírica, otitis media aguda vírica y faringitis vírica1.
Cada una de las infecciones invernales presenta síntomas fáciles de reconocer. Los profesionales de la salud pueden proporcionar un diagnóstico preciso en la consulta médica y una solución de cura personalizada y adecuada. A continuación, tiene a su disposición más información sobre las infecciones invernales más frecuentes, sus síntomas y algunas plantas que contienen propiedades para combatir las infecciones.
La gripe2
La gripe, también llamada virus influenza, se manifiesta entre 1 y 4 días tras el contagio y dura aproximadamente entre 5 y 7 días. Existen tres tipos de virus influenza: A, B y C. Los virus A y B provocan epidemias de gripe estacional.
La mayoría de los afectados se curan en una o dos semanas sin tratamiento médico. Las personas más frágiles (niños, mujeres embarazadas, personas de edad avanzada o con enfermedades crónicas) deben someterse a un seguimiento médico para evitar cualquier complicación.
La enfermedad es extremadamente contagiosa, ya que el virus puede sobrevivir varias horas, incluso días, especialmente en la ropa, pañuelos o en las superficies inertes. El virus de la gripe sufre constantemente modificaciones genéticas. Por esta razón, es posible contraer gripe todos los años a pesar de la memoria inmunológica.
El resfriado
Es la infección respiratoria más frecuente tanto en niños como en adultos. Representa el 40% de las enfermedades respiratorias del invierno y su origen es, en el 95% de los casos, vírico.
Los rinovirus son los principales agentes del resfriado, infección que se limita, muy frecuentemente, a las vías aéreas superiores.
La amigdalitis3
Se refiere a la inflamación de las anginas por infección vírica o bacteriana. El tratamiento para la amigdalitis bacteriana se efectúa a base de antibióticos. Sin embargo, su administración en el caso de la amigdalitis vírica es ineficaz y favorece la resistencia bacteriana contra los mismos.
El virus o la bacteria de esta enfermedad se contagia por aire, cuando se tose o se estornuda, por contacto físico o al tocar objetos contaminados con secreciones de la nariz o de la garganta (juguetes, pañuelos, teléfono etc).
La bronquitis4
La bronquitis aguda es una inflamación de los bronquios que aparece a menudo en invierno y afecta a personas cuyos pulmones son vulnerables. En muchos casos, se produce debido a algún virus, después de haber sufrido un resfriado.
Los fumadores, las personas de edad avanzada y los asmáticos tienen mayor riesgo de contraer una bronquitis aguda. En la mayoría de los casos, dura entre 2 y 3 semanas.
La gastroenteritis
La gastroenteritis es una infección inflamatoria del sistema digestivo. Por término medio, suele durar de 2 a 3 días5, sin embargo, el paciente puede contagiar hasta 3 días después de su recuperación. Es imprescindible vigilar a las personas más vulnerables, como los niños pequeños o las personas de edad avanzada, ya que esta infección comporta riesgos de gran deshidratación. Una de las precauciones a tomar es, sobre todo, la hidratación regular hasta que desaparezcan los síntomas.
Principales plantas como solución para las infecciones invernales
Las plantas contienen principios activos naturales que permiten estimular la inmunidad6. La contribución de algunas de ellas en combinación con probióticos es especialmente interesante para reforzar la actividad antiviral.
La equinácea: algunos estudios7 sobre la equinácea confirman que su raíz contiene propiedades inmunoestimulantes para la esfera ORL pulmonar8.
La sinergia de los principios activos aumenta la producción de las células responsables de la inmunidad (linfocitos B, T y macrófagos)9, lo que implica que esta planta sea la más importante para prevenir las infecciones ORL pulmonares de manera repetitiva.
El ciprés: las nueces de ciprés contienen principios activos con propiedades antivirales10. Por este motivo, esta planta está indicada para enfermedades virales agudas o recurrentes. Sus moléculas actúan directamente sobre el virus y permiten así, eliminar la infección11 .
La salvia officinalis: los diterpenos y el ácido rosmarínico de la salvia officinalis la dotan de propiedades antioxidantes y antiinflamatorias13.
El saúco: las flores del saúco contienen también propiedades antiinflamatorias14. Esta planta es apropiada especialmente para las infecciones víricas en los niños (otitis, resfriado, etc).
El tomillo: la Organización Mundial de la Salud reconoce el uso del tomillo contra dispepsias (digestión difícil) y otros trastornos gastrointestinales, tos durante resfriado o bronquitis y para utilizar en gargarismos, en caso de laringitis e inflamación de las amígdalas.
El eucalipto: tiene propiedades antibacterianas, expectorantes y descongestionantes para las vías respiratorias y fosas nasales. Esta planta estimula las glándulas mucosas del epitelio bronquial y digestivo12.
La menta piperita14: el mentol presente en esta planta la dota de propiedades antisépticas y de una sensación de frescor. La menta piperita presenta también propiedades analgésicas.
La European Scientific Cooperative on Phytotherapy (ESCOP) (Cooperativa científica europea de fitoterapia) recomienda la destilación de aceites esenciales de la planta para los problemas digestivos y la tos. Así pues, la menta piperita se emplea cuando la digestión es pesada o en caso de náuseas, vómitos, dolor de estómago e intestino, intoxicación gastrointestinal, aerofagia e hinchazón abdominal.
La grindelia: tiene propiedades expectorantes, antiespasmódicas, cardiotónicas y antiasmáticas. Se emplea tradicionalmente para tratar el catarro de las vías respiratorias superiores, los resfriados, el asma, la bronquitis, la tosferina, la cistitis y se utiliza también como antiespasmódico, expectorante y depresor cardíaco15.
Independientemente de cómo se consuma, sola o en combinación, en extracto natural o como aceite esencial, esta planta le ayudará a prevenir o a tratar las patologías del invierno. Pida consejo a un profesional de la salud, quien le propondrá la planta más adecuada según su estado de salud.