Utilización ancestral
El origen del nombre científico de la melisa (melissa, que significa «abeja» en griego) recuerda que las abejas buscan con avidez su néctar. Tiene fama desde hace largo tiempo por su eficacia en los estados ansioso-depresivos. Se introdujo en Francia en la Edad Media y entra en la composición de diversos preparados alcohólicos.
Botánica
La melisa, común en Europa, es una planta herbácea vivaz de 40 a 80 cm. Comporta numerosos tallos de sección cuadrada con hojas anchas que aparecen de junio a septiembre y desprenden un olor que recuerda al del limón. Las hojas de melisa se recogen justo antes de la floración, en mayo-junio, o en septiembre en una segunda cosecha.
Propiedades
El dolor abdominal1 y el estrés2, dos síntomas que se asocian a menudo, pueden aliviarse con la toma de un extracto total de melisa. En efecto, numerosos estudios han puesto en evidencia su acción espasmolítica, ansiolítica y sedante. Las hojas de melisa protegen el aparato gastrointestinal, en especial contra las úlceras3.
Indicaciones
- Ansiedad con somatización digestiva (gastritis, náuseas…)
- Dolor abdominal de origen ansioso
- Colitis espasmódica, cólicos del lactante
Posibles asociaciones
Melisa + Regaliz:
gastritis crónica.
Melisa + Pasiflora:
ansiedad del niño, náuseas, vómitos.
Precauciones de empleo
La melisa debe utilizarse con precaución en las personas que padecen glaucoma o enfermedad de Basedow. Contraindicada en caso de hipersensibilidad a las sustancias activas.