¿Y si se debiera a la inmunidad?
La inmunidad es la capacidad del organismo de reaccionar ante sustancias extrañas. Unas células del sistema inmunitario se encargan de la eliminación de microorganismos, virus o bacterias patógenas. Es la respuesta inmunitaria.
Tiene dos fases: la inmunidad innata para una intervención rápida y la inmunidad adaptativa, que actúa de manera más precisa según la naturaleza y el tamaño del intruso.
Estas dos fases de la inmunidad se regulan gracias a la microbiota, que tiene un papel de director de orquesta.
La microbiota intestinal ejerce un control permanente sobre el sistema inmunitario, en especial en el intestino, ya que contiene el 70 % de las células inmunitarias.
Al adherirse a la mucosa intestinal, las bacterias buenas de esta microbiota impiden que las bacterias patógenas colonicen el intestino. Es el efecto de barrera.
Actuar para proteger la inmunidad
Los buenos hábitos de vida contribuyen a apoyar estas acciones:
- alimentación variada y equilibrada
- respeto de los ciclos de sueño
- actividad física regular
- mejora de la gestión de las situaciones de estrés.
Soluciones individualizadas pueden ayudar a modular positivamente los mecanismos de defensa.
- Reforzar el efecto de barrera y el equilibrio de la microbiota con aporte de probióticos.
- Optimizar los aportes de vitaminas y minerales privilegiando las vitaminas C y las vitaminas D, y los minerales como el zinc, el hierro y el magnesio, que intervienen a diferentes niveles de la respuesta inmunitaria.
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Aprovechar la acción viricida e inmunomoduladora de las plantas. Algunos extractos de nuez de ciprés han demostrado su capacidad de inactivar virus, sobre todo en las infecciones respiratorias. Los virus más implicados en estas infecciones son: el virus influenza el rinovirus, el coronavirus y el virus parainfluenza.
Los extractos de raíz de astrágalo tienen propiedades inmunomoduladoras.
Pida consejo a su profesional de la salud.
