Los investigadores del Imperial College de Londres, de la Universidad de Oxford y de la Universidad de Nottingham se remontaron hasta 1946 para hacerse una idea completa de la investigación sobre la alimentación y la suplementación de la madre durante el embarazo y el riesgo de alergia en el niño, más tarde a lo largo de su vida. Los investigadores analizaron 433 estudios realizados con un total de 1 506 815 participantes: 260 estudios cubrían el periodo de lactancia y 173 se centraban en la dieta materna en otros periodos o en la dieta del niño pequeño.
Esta revisión de los datos ha permitido llegar a varias conclusiones importantes:
- la toma de suplementos probióticos puede reducir hasta en un 22 % el riesgo de eccema en el niño; por ejemplo, los niños que recibían complementos de probióticos o eran hijos de madres que los habían tomado durante el embarazo o la lactancia tenían un 22 % menos de riesgo de sufrir un eccema según 19 ensayos del metanálisis;
- la toma de suplementos de aceite de pescado durante el embarazo y la lactancia puede reducir en un 31 % el riesgo de alergia al huevo, así como al cacahuete, pero con un nivel de prueba menor. Así pues, los hijos de mujeres que toman suplementos de aceite de pescado durante el embarazo y/o la lactancia presentan una reducción mayor del 30 % de la «sensibilidad» al huevo a la edad de 1 año, según 6 ensayos. Estos niños también tienen un 38 % menos de riesgo de alergia al cacahuete, según 2 ensayos;
- algunos probióticos también pueden reducir el riesgo de alergia a la leche de vaca, pero con pruebas de menor calidad.
Estos datos permitirán aconsejar mejor a las madres sobre la alimentación que deben adoptar durante el embarazo o la lactancia, e incluso sobre la alimentación que deben dar a sus bebés después de la etapa de la diversificación alimentaria.
Además, el aceite de pescado y los suplementos de omega-3 se consideran seguros durante el embarazo y, por lo tanto, no están sujetos a contraindicaciones.
