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Microbiotas

¿Microbiota o microbiotas?

La microbiota es el conjunto de las bacterias y otros microorganismos vivos que viven en un entorno específico. En realidad, existen diferentes microbiotas en el organismo: la microbiota de la piel, de la boca, de la vagina…

¿Qué es una microbiota?

Una microbiota es un conjunto de microorganismos (bacterias, parásitos, hongos, eucariotas…) que viven en un entorno específico en un huésped (animal, vegetal, aéreo) o una materia (de origen animal o vegetal).

 

En el ser humano, estos microbios están presentes en todo el cuerpo, principalmente en las superficies externas e internas, como el tracto gastrointestinal, la piel, la saliva, las mucosas bucal, pulmonar y vaginal, y también en la conjuntiva.

Por lo tanto, el organismo contiene varias microbiotas, que desempeñan numerosas funciones. De ellas, la microbiota intestinal es la más importante, con 10 billones de microorganismos: 2 a 10 veces más que el número de células que constituyen nuestro cuerpo.

Cada una de estas microbiotas del organismo puede verse afectada por un desequilibrio, que puede corresponder a una disminución del número de las bacterias beneficiosas o a un aumento de las bacterias dañinas.

Microbiota intestinal: la microbiota más estudiada

La microbiota intestinal se localiza principalmente en el intestino delgado y el colon, ya que la acidez gástrica hace que la pared del estómago sea casi estéril. Está repartida entre la luz del tubo digestivo y la biopelícula protectora que forma el moco intestinal sobre la pared interior (el epitelio intestinal).2

El conjunto de las bacterias de la microbiota intestinal constituye una biomasa considerable, estimada en 2 kg en un hombre de 70 kg. Se han identificado alrededor de mil especies bacterianas intestinales, y cada individuo alberga al menos 170. De estas bacterias, 1/3 son comunes a todos los individuos, mientras que los 2/3 restantes son propias de cada uno. 

La microbiota intestinal sigue un ciclo de maduración a lo largo de toda la vida, desde el nacimiento. En efecto, durante la primera semana de vida de un lactante, el tracto digestivo se coloniza por un primer grupo de bacterias procedentes de los contactos humanos, sobre todo con la madre, y el entorno. Después, la microbiota intestinal se hace más compleja, en especial en el momento de la diversificación alimentaria, cuando la alimentación ya no se basa exclusivamente en la leche. La microbiota intestinal llega a su madurez hacia la edad de 2-3 años.

La composición de la microbiota intestinal puede verse influenciada por varios parámetros:

  • La forma del parto.
  • La lactancia.
  • Los factores genéticos.
  • El entorno.
  • La higiene de vida (tabaco, alcohol, estrés...).
  • La alimentación.
  • La edad: la microbiota se desarrolla durante la infancia hasta la edad de 3-4 años, en la edad adulta y durante el envejecimiento.

Microbiota vaginal

La microbiota vaginal está compuesta principalmente de lactobacilos (95 %), así como de otras bacterias de manera minoritaria, como Gardnerella vaginalis, Atopobium vaginae y Prevotella spp, y hongos como Candida albicans.

 

Por lo tanto, en una mujer sana, esta microbiota está poco diversificada y es dinámica, es decir, varía con el tiempo en función de factores endógenos (ciclo menstrual, por ejemplo) o exógenos (relaciones sexuales, antibióticos, etc.) y tiene un alto poder de resiliencia.

 

La microbiota vaginal evoluciona a lo largo de toda la vida de la mujer, sobre todo en el momento de la pubertad, durante la regla, en el embarazo y la menopausia, porque está sometida a la influencia hormonal de los estrógenos.

Microbiota cutánea

La microbiota cutánea o microbiota de la piel representa el conjunto de los microorganismos que viven en la piel. La microbiota cutánea se desarrolla a medida que avanza la edad. Se trata de la tercera microbiota en importancia después de la cavidad bucal y el tubo digestivo.1 Su estudio es más reciente que el de la microbiota intestinal, de la que se diferencia por una menor densidad y una menor diversidad, pero con una riqueza superior en hongos y virus.

 

La microbiota cutánea contribuye a la función de barrera de la piel, que la protege contra las agresiones exteriores.

 

Contrariamente a la microbiota intestinal, la microbiota cutánea evoluciona hasta la edad adulta. La pubertad es un momento importante. Variables como la edad, el sexo, el sistema inmunitario, el pH, la temperatura del cuerpo o también la humedad modifican la composición de la microbiota de la piel.

Microbiota bucal

La boca, situada en la entrada del aparato digestivo, alberga una de las microbiotas más complejas del organismo.2 Esta microbiota varía según el entorno considerado en función de la higiene bucodental, la calidad y la cantidad de saliva, la alimentación y la edad del individuo.

 

La microbiota bucal, influenciada sobre todo por la forma del parto y la alimentación, se constituye a partir de diversas fuentes, en especial maternas, y evoluciona de manera dinámica durante los primeros años de la vida para finalmente estabilizarse. Las primeras bacterias que colonizan la boca son bacterias anaerobias facultativas de los géneros Streptococcus G y Actinomyces G, a las que más tarde se unen otras bacterias anaerobias estrictas pertenecientes al género Veillonellae G y al filo Fusobacteria. La microbiota bucal se remodela sin cesar hasta la aparición de la dentadura definitiva.

 

La microbiota bucal ejerce otros numerosos efectos beneficiosos para el huésped y, sobre todo, contribuye al desarrollo del sistema inmunitario local. En caso de desequilibrio, también participa en el desarrollo de enfermedades locales o a distancia.

Desequilibrio y modulación de las microbiotas

Todas las microbiotas pueden verse afectadas por un estado de disbiosis. Este estado puede tener un impacto sobre diferentes funciones del organismo, sobre todo las funciones digestiva, metabólica, inmunitaria y neurológica.

La importancia de los prebióticos para una microbiota sana

Con el fin de mantener una microbiota bien equilibrada, es importante seguir una alimentación sana y equilibrada. Es especialmente interesante privilegiar algunos alimentos, sobre todo los prebióticos. En efecto, los prebióticos, principalmente presentes en los alimentos ricos en fibras, son sustancias que permiten alimentarse y multiplicarse a las bacterias.

 

Se encuentran fibras como la inulina en la raíz de achicoria, pero también en el plátano, la alcachofa, la aguaturma, el ajo y la cebolla. Las otras fuentes son las legumbres cocidas (12 a 17 g por ración de 250 g), el salvado de trigo (12 g por ración de 30 g) y de avena (7 g por ración de 30 g).

 

Sea cual sea su composición química (inulina, FOS, mezcla), todos los fructanos estimulan el crecimiento selectivo de bacterias intestinales específicas y beneficiosas para la salud, sobre todo las bifidobacterias, pero también algunas cepas de lactobacilos.

 

Asimismo despiertan un interés creciente las fibras capaces de aumentar la proliferación de otros géneros bacterianos, como Eubacterium, Faecalibacterium y Roseburia.3 La fermentación de las fibras no digeribles por bacterias como las bifidobacterias y Roseburia permite, en especial, el aumento de la producción de ácidos grasos de cadena corta, como el butirato, el propionato y el lactato. El butirato es la principal fuente de energía de las células epiteliales.

Dieta alimentaria específica: el ejemplo de los FODMAP

En algunas situaciones, se ayuda a la microbiota mediante una dieta alimentaria específica que incluye una supresión de ciertos alimentos y una reintegración progresiva a medida que desaparecen las molestias.

 

Entre estas diferentes dietas, existe, por ejemplo, el modelo de protección digestiva, que permite disminuir el consumo de alimentos peor tolerados por el intestino, sobre todo los FODMAP.

 

Los FODMAP son azúcares pequeños que son digeridos por las enzimas segregadas por la saliva, el páncreas y el intestino delgado. Cuando el trabajo de digestión es insuficiente, las bacterias del colon toman el relevo y fermentan todos los azúcares que reciben de más, lo cual provoca hinchazón, flatulencia, molestias abdominales y del tránsito.

 

La mayoría de los FODMAP (excepto los polioles) son ricos en prebióticos, sustancias de las que se alimentan las bacterias probióticas y muy apreciadas por la microbiota intestinal. Este tipo de dieta debe efectuarse siguiendo los consejos del profesional de la salud. Después de varios meses de restricciones y en función de la tolerancia, pueden reintroducirse progresivamente los FODMAP.

El aporte de probióticos

El término probiótico deriva de dos palabras griegas, προ y βιος, que significan 'para la vida'. Fue introducido por primera vez en 1965 por Lilly y Stillwell para designar los factores derivados de microorganismos que estimulan el crecimiento de otros microorganismos.4 En 1989, Fuller señaló la naturaleza microbiana de los probióticos e introdujo la idea de que tenían un efecto positivo sobre el huésped, cuyo equilibrio intestinal mejoraban.

 

Hoy, la Organización Mundial de la Salud define los probióticos como «microorganismos vivos que, cuando se administran en cantidad adecuada, tienen efectos beneficiosos para la salud del huésped».5 Pueden estar presentes o introducirse en algunos alimentos o complementos alimenticios. Los probióticos documentados con mayor frecuencia son las bacterias lácticas (lactobacilos, estreptococos y lactococos) y las bifidobacterias.

 

Para que un organismo se considere como potencialmente probiótico, debe presentar ciertas características: propiedades demostradas, una capacidad de adhesión a las células, así como viabilidad y estabilidad.

Todas estas microbiotas forman un conjunto frágil que necesita un buen equilibrio. Para que lo ayude en la modulación de la microbiota, pida consejo a su profesional de la salud.

Referencias

  1. Morris J, et al. Chapter 26: Bacteria and Archea In Biology: How Life Works. Ed WH Freeman and company, Nueva York, 2013; Fig. 26.23.
  2. Lif Holgerson, et al. Maturation of Oral Microbiota in Children with or without Dental Caries. PLoS One. 2015;10:e0128534.
  3. Roberfroid, M. B. Health benefits of non-digestible oligosaccharides. Adv. Exp. Med. Biol 427, 211-219 (1997).
  4. Lilly DM & Stillwell RH. Probiotics: growth-promoting factors produced by microorganisms. Science 147 (1965).
  5. Health and nutritional porperties of probiotics in food including powder milk with live active lactic acid bacteria. Report of joint FAO/WHO Expert Consultation on evaluation and health and nutritional properties of probiotics in food including powder milk with live lactic acid bacteria. Córdoba, Argentina, 1-4 october 2001.
  6. FAO; OMS, 2001.