Si bien se confirma el interés de privilegiar cierto número de micronutrientes de la periconcepción al término del embarazo, hay que saber cuáles.
El yodo, un mineral esencial
El yodo está contenido en baja cantidad en el organismo, a pesar de que le resulta indispensable. Desempeña un papel preponderante para el buen funcionamiento de la glándula tiroides y es esencial para la fabricación de las hormonas tiroideas del futuro bebé, que desempeñan un papel primordial en su desarrollo. Por lo tanto, una carencia de yodo puede tener consecuencias sobre el desarrollo del cerebro del bebé.
- Fuentes alimentarias: crustáceos bien cocidos, pescado de mar, huevos, leche y productos lácteos.
La vitamina B9 para el desarrollo del sistema nervioso del embrión
Los folatos o vitamina B9 desempeñan un papel muy importante en el desarrollo del sistema nervioso del embrión, pues participan en el cierre del tubo neural.
- Fuentes alimentarias: vísceras, legumbres y algunas verduras verdes (brócoli, lechuga, espinacas, espárragos…).
Vitamina D, asociada al calcio, indispensable para la mineralización del esqueleto fetal
La vitamina D desempeña un papel importante en la mineralización del esqueleto fetal. Es necesaria para la asimilación y la fijación del calcio.
También podría intervenir en el riesgo de preeclampsia, un síndrome específico del embarazo que afecta del 3 al 7 % de los primeros embarazos a nivel mundial.
- Fuentes alimentarias: aceite de hígado de bacalao, pescado graso (salmón, arenque, sardina, caballa...), yema de huevo.
El hierro para evitar el cansancio y potenciar la inmunidad
El embarazo produce un aumento de las necesidades de hierro. Una futura madre con una deficiencia de hierro estará más cansada, será menos resistente a las infecciones y estará más sujeta a los trastornos del humor.
Pero, atención, un exceso de hierro puede tener importantes consecuencias. Estimula el aumento del estrés oxidativo, que a su vez favorece algunas situaciones patológicas en el recién nacido, como la diabetes. Es importante seguir los consejos dados por los profesionales de la salud.
- Fuentes alimentarias: vísceras (hígado, riñones), carne roja, aves y productos del mar.
El DHA: el ácido graso indispensable
Permite reequilibrar los aportes de omega-3/omega-6, de los que una proporción importante de la población francesa es deficitaria (estudio SUVIMAX). El DHA interviene en el desarrollo del sistema nervioso y de la retina del bebé durante el embarazo.
- Fuentes alimentarias: aceites de camelina, de nuez, de colza y de soja, pescado graso (salmón, arenque, sardina, caballa…).
Los demás micronutrientes
Las mujeres en edad de procrear presentan frecuentemente aportes nativos insuficientes de otros micronutrientes, que pueden comprometer el correcto desarrollo del embarazo. Entre estos últimos, el calcio, el magnesio, el zinc y también la vitamina E deben controlarse de cerca.
- Calcio: alrededor del 62 % de las mujeres tienen aportes de calcio inferiores a los aportes nutricionales recomendados, lo cual podría contribuir a un riesgo elevado de hipertensión arterial gravídica, eclampsia y depresión posparto.
- Fuentes: leche y productos lácteos.
- Magnesio: si bien las necesidades durante el embarazo se han estimado en 400 mg/d, el 80 % de las mujeres embarazadas tienen un aporte inferior a 300 mg. Un déficit de magnesio puede ser el origen de fatiga, trastornos del humor y calambres.
- Fuentes: chocolate negro, frutos oleaginosos (nueces, anacardos, pacanas, avellanas, almendras, piñones…).