Confort íntimo: restaurar y proteger de forma natural el equilibrio de la flora vaginal
Salud de la mujer
Confort íntimo: restaurar y proteger de forma natural el equilibrio de la flora vaginal
El bienestar íntimo es un elemento esencial de la salud femenina; sin embargo, a veces es desconocido o está rodeado de tabúes. En el centro de este equilibrio, se encuentra la flora vaginal, una microbiota compleja que desempeña un papel clave en la protección contra la incomodidad y el desequilibrio. Diversos factores de la vida cotidiana pueden alterar este ecosistema frágil. Por suerte, existen soluciones naturales que permiten preservarlo y restablecerlo con suavidad. Descubre consejos sencillos y eficaces para cuidar de su intimidad con toda serenidad.
Comprender la flora íntima y su papel esencial
La microbiota vaginal: un aliado valioso
La flora vaginal, también llamada microbiota vaginal o flora de Döderlein, es un ecosistema único, principalmente compuesto por lactobacilos. Estos microorganismos beneficiosos están presentes en gran cantidad —entre 100 millones y 1000 millones en la mujer adulta— y desempeñan un papel clave en la protección íntima. Su producción de ácido láctico permite mantener un pH ácido, comprendido entre 3,8 y 4,5, y contribuye así a mantener un entorno sano.
La microbiota vulvar: una barrera protectora externa
La microbiota vulvar, a menudo confundida con la microbiota vaginal, constituye una protección esencial de la zona íntima externa. Está compuesta por una diversidad más amplia de microorganismos, coexiste con la flora vaginal y participa en el equilibrio cutáneo y mucoso externo. La microbiota vaginal está directamente relacionada con la concentración de hormonas, sobre todo los estrógenos, mientras que la microbiota vulvar se ve influenciada, sobre todo, por factores externos, como la higiene, las prendas de vestir o la humedad. Una microbiota vulvar sana contribuye a limitar las irritaciones íntimas, pues forma una barrera natural contra las agresiones exteriores.
Los factores de desequilibrio íntimo y sus consecuencias
La microbiota vaginal y la microbiota vulvar representan un ecosistema delicado, influido por varios factores de la vida cotidiana que pueden alterar rápida y fácilmente su equilibrio natural.1 Algunas costumbres pueden fragilizar la flora íntima y favorecer la aparición de incomodidad:
Una mala higiene íntima: Un exceso de lavado o, al contrario, una higiene insuficiente pueden favorecer los desequilibrios.
Las duchas vaginales: Contrariamente a lo que se cree, alteran el equilibrio natural al eliminar las bacterias beneficiosas presentes de forma natural.
El uso de productos inadecuados: Los desodorantes íntimos y los jabones perfumados a menudo contienen sustancias químicas agresivas que modifican el pH vaginal e irritan la mucosa.
Ropa interior inadecuada: Los materiales sintéticos y las prendas demasiado ajustadas favorecen la humedad, propicia para el desarrollo bacteriano. Se recomienda optar por el algodón y cambiarse la ropa interior todos los días.
Relaciones sexuales: El pH alcalino del esperma puede modificar temporalmente el equilibrio vaginal.
Ciclos menstruales y anticoncepción: Las fluctuaciones hormonales influyen directamente sobre la composición de la microbiota.
Estrés y alimentación: Estos factores, con frecuencia subestimados, desempeñan un papel clave en la salud íntima. Una alimentación desequilibrada, la toma de antibióticos o un estrés crónico pueden debilitar las defensas naturales.
Un desequilibrio de la flora íntima puede producir diversas incomodidades, tanto físicas como psicológicas. Entre los efectos más corrientes, se encuentran:
Irritaciones y picores, a menudo fuente de molestias cotidianas.
Pérdidas vaginales inhabituales, con modificaciones del color, el olor o la textura.
Sequedad vaginal, frecuente en la menopausia,2 en periodos de estrés o en caso de cambios hormonales.
Aunque estas molestias generalmente son benignas, pueden alterar la calidad de vida y requieren una atención especial.
Las buenas prácticas para preservar la comodidad íntima cotidiana3
Cuidar el equilibrio íntimo se basa en unos actos sencillos y adecuados. Estas son las buenas costumbres que hay que adoptar día a día.
Adoptar una higiene íntima adecuada
Frecuencia: Un lavado al día es suficiente para mantener una buena higiene íntima. Evita superar los dos lavados al día, para no correr el riesgo de alterar la flora protectora. Después del lavado, aclara con abundante agua y seca con cuidado para evitar las irritaciones.
Productos: Opta por geles de higiene especialmente formulados para respetar el pH vaginal, sin jabón ni perfume, con el fin de preservar el equilibrio natural.
Técnica: Lava únicamente la zona externa (vulva). La zona interna se limpia sola de forma natural y no necesita ningún lavado. Evita las duchas vaginales, así como los productos irritantes, como los jabones agresivos y los desodorantes íntimos.
💡 Truco de bienestar: Después de la ducha, seca la zona íntima con cuidado mediante ligeros golpecitos con una toalla limpia para evitar la humedad excesiva. Después puedes aplicarte una crema vulvar especialmente diseñada para hidratar la zona íntima.
Elegir las prendas adecuadas
Antepon la ropa interior de algodón, que favorece la respiración de la piel y limita la humedad. Evita los materiales sintéticos, en especial en periodos sensibles. Opta también por prendas amplias, que no favorecen la maceración.
Evitar los actos de riesgo
Después de las relaciones sexuales: Acostumbrarse a orinar después de una relación basta para preservar el equilibrio íntimo. Según las sensibilidades individuales, puede considerarse también un simple aclarado suave con agua tibia.
Durante la menstruación: Cámbia regularmente las protecciones higiénicas (tampones, compresas, protectores de braguita, bragas menstruales) para evitar una humedad prolongada, propicia para la proliferación bacteriana.
En periodo de estrés o de fatiga: Presta más atención a tu higiene íntima, pues estos periodos pueden fragilizar tu microbiota vaginal.
Después de ir de vientre: Secar siempre de delante atrás (hacia el ano) para evitar el paso de gérmenes fecales hacia la vulva.
Adoptar estos actos sencillos permite preservar un equilibrio íntimo óptimo y prevenir las incomodidades cotidianas. Si la flora se desequilibra, sobre todo en caso de sequedad vaginal, pueden recomendarse alternativas a los óvulos vaginales por vía oral o local.
Las soluciones PiLeJe para preservar la comodidad íntima
Las soluciones Feminabiane Intima y Feminabiane Intima crema se han desarrollado para responder a las necesidades de comodidad íntima de las mujeres. Las dos aportan cepas probióticas, lo cual permite una acción simultánea por vía interna y por vía externa y local.
Feminabiane Intima
Este complemento alimenticio aporta tres cepas de lactobacilos específicamente seleccionadas y dosificadas a 10 mil millones por cápsula:
Lactiplantibacillus plantarum LA901, anteriormente llamada Lactobacillus plantarum LA901
Lactobacillus helveticus LA401
Lactobacillus gasseri LA806
También contiene vitamina B2, que favorece el mantenimiento de unas mucosas normales, sobre especialmente la mucosa vaginal.
Feminabiane Intima crema
Esta crema calma protege el equilibrio de la microbiota vulvar y reduce los signos de incomodidad y sequedad, gracias a la asociación sinbiótica de dos cepas probióticas idénticas al complemento alimenticio (Lactobacillus helveticus LA401 y Lactobacillus gasseri LA806) y un prebiótico (oligodextrano). Sus agentes hidratantes (ceras vegetales y aceite de girasol) aportan, por su parte, una sensación de hidratación de la zona íntima externa.
Feminabiane Intima es un complemento alimenticio a base de 3 cepas probióticas y vitamina B2 que apoya a las mujeres en su necesidad de confort íntimo*
Feminabiane Intima Crema es una crema protectora y calmante destinada a acompañar a las mujeres en su necesidad de confort íntimo protegiendo el equilibrio de su microbiota vulvar.
La comodidad íntima ya no debe ser un tabú. En caso de picor o sequedad vaginal persistentes, de sensación de quemazón, de olores o pérdidas vaginales no habituales, la consulta a un profesional de la salud, médico, ginecólogo o comadrona, permitirá obtener un consejo médico personalizado y unas soluciones adaptadas al perfil y las necesidades individuales.
¿Quién puede aconsejarte?
Según tu estado fisiológico, puedes pedir consejo a un farmacéutico o consultar a un médico formado en microbiotas, micronutrición y fitoterapia.
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