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Stress - son fonctionnement et ses impacts sur la santé
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Estrés: su funcionamiento y su impacto sobre la salud

Aunque existe desde la noche de los tiempos -nuestros antepasados Homo sapiens huían del peligro y sobrevivían gracias a él-, actualmente el estrés se reconoce como uno de los principales problemas de salud y afecta a 9 personas de cada 10 en Francia. 

¿Qué es el estrés?

El estrés corresponde a una reacción de adaptación del organismo ante una situación vivida como nueva, imprevista, agresiva o amenazadora.

Desde un punto de vista biológico, el estrés corresponde al conjunto de respuestas del organismo para adaptarse a las presiones del entorno. Estas respuestas siempre dependen de la percepción de la persona. Por ejemplo, algunas personas pueden vivir un examen escolar como una situación estresante y otras, en cambio, no.

Estrés y ansiedad: ¿qué diferencia hay?

La ansiedad es un síntoma de estrés y corresponde a una emoción, un estado de inquietud del individuo.

El estrés en cifras 

Según un sondeo1 de noviembre de 2020 realizado con una muestra de 1037 personas representativa de la población francesa de 18 años o más, más de un francés de cada dos afirma que su estrés ha aumentado desde el inicio de la crisis sanitaria.

El estrés forma parte de la vida personal o profesional de los franceses y el nivel de estrés experimentado con el paso de los años no hace más que aumentar: en los últimos 3 años, cerca de 4 franceses de cada 10 han sufrido un aumento del nivel de estrés.
Si bien 9 franceses de cada 10 se describen como personas estresadas, las mujeres se ven más afectadas (59%) que los hombres (41%). Una de las principales consecuencias del estrés afecta a los trastornos del sueño. Más de un tercio de la población total los padece.

    Las diferentes fases del estrés

    El estrés es una reacción normal del organismo, por lo que no tiene nada de malo siempre que sea puntual (el estrés del actor, por ejemplo). Sin embargo, cuando se vuelve crónico, puede tener consecuencias físicas y psíquicas importantes. El estrés se divide en 4 fases:

    Las diferentes fases del estrés

    1. La fase de alarma

    En esta fase, todos los sentidos están en alerta y el individuo moviliza muy rápidamente sus recursos. Corresponde a la reacción de supervivencia inmediata.
    Por vía nerviosa, se libera adrenalina, que prepara para la acción física rápida.
    La vigilancia del individuo aumenta para interpretar la situación de estrés y reaccionar lo más deprisa posible. Esta fase solicita mucha energía al organismo para reaccionar rápidamente. 

    2. La fase de resistencia 

    En caso de estrés prolongado (fase de resistencia), el cortisol se eleva para estimular la fabricación de glucosa, energía que el organismo necesita para defenderse. La serotonina y la dopamina se utilizarán de manera importante y se agotarán con rapidez1.
    La liberación de cortisol, por un fenómeno en cascada, ejerce un efecto de retrocontrol y mantiene un nivel de cortisol estable, para evitar que la "máquina se embale". Al mismo tiempo, se desencadena una pérdida de magnesio por la orina. 
    Esta hipercortisolemia puede producir alteraciones de la inmunidad, el metabolismo de los azúcares y las grasas, trastornos del sueño y del humor, e incluso una alteración de las neuronas cerebrales.

    3. La fase de agotamiento psíquico 

    Cuando el organismo está desbordado, la serotonina y la dopamina disminuyen, y el cortisol se mantiene todavía elevado; se puede hablar de burn-in, el organismo aún intenta "adaptarse".
    Aparecen los signos dañinos del estrés: fatiga, ansiedad, pérdida del placer y disminución de las defensas inmunitarias, que bajan y aumentan la vulnerabilidad del organismo a las infecciones.

    4. La fase de agotamiento psíquico y físico

    Corresponde al burn out o síndrome de agotamiento profesional, que se caracteriza por un estado de fatiga intensa acompañado de una desvinculación de las actividades profesionales y personales de la persona que lo padece. Sobre todo, es un proceso más o menos largo (puede establecerse insidiosamente a lo largo de años) en el que se hunden las personas en situación de estrés crónico.
    El sistema de defensa psíquica y física del individuo está completamente agotado y alterado (falta de secreción de cortisol por la mañana). El tratamiento pretende, por supuesto, tratar el trastorno identificado, pero también actuar sobre el contexto socioprofesional, que es el origen del síndrome. 

    Los 3 signos sugestivos de la depresión: 

    • Me siento deprimido/a
    • Ya no me siento a gusto / Ya no me interesa nada
    • Estoy cansado/a, sin energía
    3-signos-sugestivos-depresion

    Estrés: impactos sobre la salud

    El estrés puede tener efectos muy perjudiciales sobre el organismo y la salud. Numerosas publicaciones afirman que el estrés actúa como un factor desencadenante o factor agravante de numerosas enfermedades: psoriasis, eccema, enfermedad de Crohn, asma, úlcera gástrica, síndrome del intestino irritable, etc.

    Efectos del estrés sobre el corazón 

    El corazón es muy sensible al estrés, tanto agudo como crónico. Puede producir un estrechamiento de las arterias coronarias, una disminución del volumen sanguíneo, un aumento de la tensión arterial, etc. Un estrés agudo (como un miedo inmenso) puede ser el origen de una crisis cardiaca (infarto de miocardio o IM). 
    El estrés crónico, por su parte, puede empeorar factores de riesgo cardiovascular: sobrepeso, diabetes, hipercolesterolemia, hipertensión, tabaquismo… 

    ¿Lo sabía?

    El síndrome del corazón roto o tako-tsubo. Un estrés emocional intenso (pérdida de un ser querido, pérdida de un empleo, ruptura amorosa...) puede ser el origen de una miocardiopatía de estrés con síntomas sugestivos de IM sin ser un IM. Bajo el efecto de una liberación masiva de hormonas del estrés, el corazón se hincha y adquiere la forma de un ánfora "trampa para pulpo" o tako-tsubo en japonés.

    Estrés y sobrepeso

    Si el estrés agudo corta el apetito, el estrés crónico estimula el picoteo. El aumento del cortisol provoca un aumento de la insulina y, por lo tanto, un almacenamiento de grasas en la zona abdominal. 

    Estrés e inmunidad

    Los estudios han demostrado que el estrés podría disminuir la respuesta de ciertas células inmunitarias, como las células NK (Natural Killer), indispensables para eliminar los gérmenes patógenos. 

    Estrés, acelerador del envejecimiento 

    Bajo el efecto del oxígeno, el organismo, como un metal, se oxida (estrés oxidativo) y genera radicales libres, que "oxidan" las células. El estrés amplifica este proceso de oxidación y acelera el envejecimiento de las células, sobre todo el envejecimiento cutáneo, con aparición de arrugas, surcos, etc. 

    Las funciones clave del cortisol y el magnesio: el círculo vicioso del estrés 

    Como se ha dicho anteriormente, el cortisol desempeña un papel clave en la evolución del estrés. Cuando este último se instala de forma duradera, la autorregulación del cortisol se vuelve deficiente: el organismo produce cada vez más cortisol, está permanentemente activado. Las contracciones musculares aumentan y dejan escapar el magnesio de las células musculares hacia la sangre y la orina. La falta de magnesio aumenta la vulnerabilidad al estrés: ¡es el círculo vicioso del estrés!

    Magnesio: el reflejo sea cual sea la fase de estrés

    Si hay un micronutriente que debe privilegiarse en caso de estrés, es el magnesio.

    Su déficit empeora la reactividad al estrés, en cambio, un aporte óptimo disminuye la secreción de las hormonas y los mensajeros del estrés y, sobre todo, interviene en la relajación muscular.
    Para saber por qué y cómo optimizar el aporte de magnesio, no se pierda nuestro vídeo:

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