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Del proyecto de concepción al embarazo: los micronutrientes indispensables

Francia es campeona de Europa en términos de natalidad: en 2016, nacieron 785 000 bebés en la Francia metropolitana. El indicador coyuntural de fecundidad se establece en 1,93 hijos por mujer en 2016, el más elevado de Europa1. La edad media de la maternidad aumenta regularmente, se establece en 30,4 años en 2016 y cerca de ¼ de los nacimientos conciernen actualmente a mujeres de 35 años o más2. El retroceso de la edad de la maternidad se acompaña de un aumento de las dificultades para concebir y de embarazos de riesgo. Analicemos los micronutrientes imprescindibles antes y durante el embarazo.

Cuando surge el proyecto de tener un hijo, se impone una consulta preconcepcional

El embarazo es una etapa importante en la vida de una mujer, ¡pasar de la situación de pareja a la de familia no es un asunto baladí! Estar bien aconsejada es esencial para preparar y acompañar lo mejor posible al organismo en los cambios que lo esperan. El acompañamiento del embarazo no empieza con su descubrimiento, sino en cuanto surge el deseo de tener un hijo. Cada etapa de la concepción (implantación, placentación…) puede prepararse para ofrecer unas condiciones óptimas.

Aportar información útil a la pareja

Desde 2009, la Alta Autoridad de Salud (HAS) recomienda la consulta preconcepcional. Esta última: 

  • se interesa por el estado de salud de los futuros padres para aumentar las posibilidades de concepción, 
  • se asegura del correcto desarrollo del embarazo y de la salud de futuro hijo, en especial a través de consejos nutricionales adecuados. 
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Una estimación de la situación de salud de los futuros padres es esencial en cuanto surge el deseo de tener un hijo. En la futura madre, unas condiciones nutricionales y micronutricionales inadecuadas pueden producir una mayor vulnerabilidad a las enfermedades cardiovasculares, la hipertensión, la diabetes y el síndrome metabólico del futuro hijo. Incluso pueden observarse consecuencias antes del nacimiento. 

La situación nutricional del padre 

La situación nutricional del hombre también es importante. La carnitina, por ejemplo, es un nutriente especialmente importante.

En efecto, asegura la producción de energía en el seno del espermatozoide (célula conocida por tener un metabolismo energético muy elevado). 

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¿Qué interés tiene evaluar la situación nutricional de la futura madre?

Tomemos el ejemplo del cierre del tubo neural («comienzo» del sistema nervioso del bebé). Esta etapa tiene lugar 28 días después de la fecundación. En esta etapa del embarazo, un gran número de mujeres todavía no saben que están embarazadas. Sin embargo, una situación materna adecuada respecto a la vitamina B9 es indispensable para que esta fase se desarrolle correctamente. Por lo tanto, para la mujer que desea tener un hijo, la evaluación de la situación nutricional debe imperativamente realizarse lo antes posible.
La consulta preconcepcional permitirá una preparación adecuada.

Los micronutrientes que deben privilegiarse antes y durante el embarazo 

Si bien se confirma el interés de privilegiar cierto número de micronutrientes de la periconcepción al término del embarazo, hay que saber cuáles. 

 El yodo, un mineral esencial

El yodo está contenido en baja cantidad en el organismo, a pesar de que le resulta indispensable. Desempeña un papel preponderante para el buen funcionamiento de la glándula tiroides y es esencial para la fabricación de las hormonas tiroideas del futuro bebé, que desempeñan un papel primordial en su desarrollo. Por lo tanto, una carencia de yodo puede tener consecuencias sobre el desarrollo del cerebro del bebé.

  • Fuentes alimentarias: crustáceos bien cocidos, pescado de mar, huevos, leche y productos lácteos.

La vitamina B9 para el desarrollo del sistema nervioso del embrión

Los folatos o vitamina B9 desempeñan un papel muy importante en el desarrollo del sistema nervioso del embrión, pues participan en el cierre del tubo neural. 

  • Fuentes alimentarias: vísceras, legumbres y algunas verduras verdes (brócoli, lechuga, espinacas, espárragos…).

Vitamina D, asociada al calcio, indispensable para la mineralización del esqueleto fetal 

La vitamina D desempeña un papel importante en la mineralización del esqueleto fetal. Es necesaria para la asimilación y la fijación del calcio. También podría intervenir en el riesgo de preeclampsia, un síndrome específico del embarazo que afecta del 3 al 7 % de los primeros embarazos a nivel mundial. 

  • Fuentes alimentarias: aceite de hígado de bacalao, pescado graso (salmón, arenque, sardina, caballa...), yema de huevo. 

El hierro para evitar el cansancio y potenciar la inmunidad 

El embarazo produce un aumento de las necesidades de hierro. Una futura madre con una deficiencia de hierro estará más cansada, será menos resistente a las infecciones y estará más sujeta a los trastornos del humor. 
Pero, atención, un exceso de hierro puede tener importantes consecuencias. Estimula el aumento del estrés oxidativo, que a su vez favorece algunas situaciones patológicas en el recién nacido, como la diabetes. Es importante seguir los consejos dados por los profesionales de la salud.

  • Fuentes alimentarias: vísceras (hígado, riñones), carne roja, aves y productos del mar.

El DHA: el ácido graso indispensable

Permite reequilibrar los aportes de omega-3/omega-6, de los que una proporción importante de la población francesa es deficitaria (estudio SUVIMAX). El DHA interviene en el desarrollo del sistema nervioso y de la retina del bebé durante el embarazo.

  • Fuentes alimentarias: aceites de camelina, de nuez, de colza y de soja, pescado graso (salmón, arenque, sardina, caballa…).

Los demás micronutrientes

Las mujeres en edad de procrear presentan frecuentemente aportes nativos insuficientes de otros micronutrientes, que pueden comprometer el correcto desarrollo del embarazo. Entre estos últimos, el calcio, el magnesio, el zinc y también la vitamina E deben controlarse de cerca.

  • Calcio: alrededor del 62 % de las mujeres tienen aportes de calcio inferiores a los aportes nutricionales recomendados, lo cual podría contribuir a un riesgo elevado de hipertensión arterial gravídica, eclampsia y depresión posparto.
  • Fuentes: leche y productos lácteos.
  • Magnesio: si bien las necesidades durante el embarazo se han estimado en 400 mg/d, el 80 % de las mujeres embarazadas tienen un aporte inferior a 300 mg. Un déficit de magnesio puede ser el origen de fatiga, trastornos del humor y calambres. 
  • Fuentes: chocolate negro, frutos oleaginosos (nueces, anacardos, pacanas, avellanas, almendras, piñones…).
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