El aparato digestivo
El esófago
Es un tubo muscular que transporta los alimentos por peristaltismo, de la faringe hacia el estómago. Mide alrededor de 25 cm y 2 cm de diámetro.
Cada uno de sus extremos está cerrado por esfínteres (músculos circulares). Estos últimos se relajan para dejar pasar el alimento y se cierran para evitar que este recorra el camino inverso.
El hígado y el sistema biliar
El hígado es el órgano interno más grande del cuerpo humano, pesa alrededor de 1,5 kg, es decir, el 2,5 % del peso total. El hígado y el sistema biliar producen bilis, líquido biológico que favorece la digestión, específicamente la de los lípidos.
Cada día se produce alrededor de 1 litro de bilis, la mitad del cual se vierte en el intestino delgado y la otra mitad se almacena en la vesícula biliar, principalmente por la noche.
El estómago
El estómago es una «bolsa» digestiva situada en la parte superior izquierda de la cavidad abdominal, que se distiende o se contrae según la cantidad de alimento presente en su interior. Posee 4 regiones: el cardias, el fondo, el cuerpo (parte más ancha) y el antro, que se une al principio del intestino delgado, también llamado duodeno. El hierro y las moléculas liposolubles (como el alcohol y algunos medicamentos) se absorben en el estómago. El peristaltismo permite la mezcla de los alimentos con las enzimas y el ácido clorhídrico (producido por las glándulas gástricas, presentes en la pared del estómago) y conduce el líquido resultante (llamado quimo) hacia el intestino delgado.
El nervio vago y el sistema nervioso simpático controlan las secreciones del estómago y sus movimientos.
Actualmente, se conocen las relaciones entre intestino y cerebro, por lo que se comprende mejor por qué, en caso de estrés, la digestión se encuentra afectada.
El páncreas
El páncreas es a la vez un órgano digestivo y endocrino, situado detrás del estómago, en la parte superior del abdomen. El páncreas segrega líquidos digestivos que contienen enzimas en el duodeno (inicio del intestino delgado), para ayudar a descomponer los alimentos en moléculas más pequeñas que el intestino pueda absorber. El páncreas segrega también insulina, que se vierte a la sangre para mantener la concentración de glucosa apropiada.
El colon
El colon, también conocido con el nombre de intestino grueso, es el órgano final del proceso de digestión. Es responsable de la desecación de los residuos de los alimentos indigeribles. Para ello, absorbe los líquidos y produce las heces para su eliminación. El colon mide alrededor de 1,5 m de largo y consta de 6 partes, desde la unión al intestino delgado: el ciego, el colon ascendente, el colon transverso, el colon descendente, el colon sigmoide y el recto.
El intestino delgado
El intestino delgado es la sección más grande del aparato digestivo, con una longitud media de 6 m. A pesar de solamente 2,5 cm de diámetro, su área de superficie para la absorción representa el tamaño de una pista de tenis. Por lo tanto, el intestino delgado puede ingerir grandes cantidades de nutrientes. Diariamente, es capaz de absorber varios kilos de glúcidos, hasta 1 kg de lípidos, 500 g de proteínas y hasta 20 litros de agua.
Las células de la mucosa del intestino delgado están altamente especializadas para la digestión y la absorción de los nutrientes. Casi toda esta asimilación tiene lugar en el intestino delgado, a lo largo de sus tres subdivisiones: el duodeno, el yeyuno y el íleon.
Apéndice
El apéndice es una pequeña «bolsa» de 5 a 10 centímetros, localizada cerca de la zona donde se encuentran el intestino delgado y el colon. Los médicos han debatido durante largo tiempo sobre la función exacta de este pequeño órgano, debido a que su ablación no causa ningún síntoma particular. Nuevas investigaciones sugieren que este apéndice podría prodigar un espacio protegido para que las bacterias beneficiosas para la salud pudieran vivir y repoblar así el aparato digestivo después de una infección intestinal.
Recto
El recto mide alrededor de 20 cm. Está unido al colon sigmoide y al canal anal. Su objetivo principal es servir de lugar de almacenamiento a las heces.
Ano
El ano se localiza en el extremo del aparato digestivo. Comprende dos esfínteres: uno interno, que es un músculo involuntario que ayuda a retener las heces en el interior del cuerpo, y uno externo, que es un músculo voluntario, que se puede controlar.