Las causas del despertar precoz matinal
El avance de la edad
Con la edad, se observa una alteración del sueño, que se traduce por:
- Un sueño más fragmentado, es decir con uno o varios despertares nocturnos.
- Un reloj circadiano avanzado, que da lugar a despertares precoces.
- Una modificación de la estructura del sueño, con una disminución de la fase del sueño lento profundo que produce más somnolencia durante el día y una mayor necesidad de dormir la siesta.
Estas modificaciones del sueño a lo largo del envejecimiento tienen relación, en parte, con el funcionamiento alterado del sistema circadiano, con:
- Una amplitud menos marcada de los ritmos, en especial de los implicados en el control del sueño (control de la temperatura, producción de melatonina).
- Un periodo más corto del reloj, que puede explicar el despertar precoz.
Los sincronizadores del reloj se perciben peor:
- Opacificación y tono amarillento del cristalino, que no deja pasar la luz azul, la más eficaz para accionar el reloj biológico.
- Percepción disminuida de los ruidos.
- Contactos sociales alterados.
El despertar nocturno debido al estrés
La hipervigilia representa una de las características de un problema de sueño. Puede manifestarse en el aspecto mental por una hiperactividad cortical importante, con o sin ansiedad, o en el aspecto físico, en especial con una sensación física de tensión muscular, una aceleración cardiaca, una sensación de calor con sudación excesiva o una modificación de la conductancia de la piel.
La hipervigilia, asociada al estrés, puede producir problemas de sueño, sobre todo:
- Dificultades para conciliar el sueño (más de 30 minutos).
- Despertares en medio de la noche, frecuentes entre las 2 horas y las 4 horas de la madrugada.
- Una noche «entrecortada».
- Una sensación de no haber descansado por la noche.
- Despertares precoces.
En el aspecto biológico, el estrés es una respuesta del organismo para adaptarse a las situaciones desconocidas experimentadas en la vida cotidiana y permite al cuerpo mantener su equilibrio. El organismo puede enfrentarse a un estrés agudo (puntual), pero también a un estrés regular, que puede conducir a una fase de agotamiento. El organismo ya no tiene recursos para adaptarse.
Frente a un episodio de estrés agudo, pueden presentarse despertares precoces de manera puntual. Frente a un estrés regular, con frecuencia está presente el despertar precoz.