Una alimentación que ya no aporta suficientes micronutrientes
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), más de 2000 millones de personas en el mundo podrían sufrir malnutrición de micronutrientes. Las carencias de vitamina A, hierro y yodo son las formas más corrientes de malnutrición de micronutrientes en el mundo.
En otras palabras, se ha constatado que, a pesar de su riqueza en calorías, ¡la alimentación actual puede ser pobre e incluso estar «vacía» de micronutrientes!
Las necesidades de micronutrientes difieren según las personas
Frente a estas deficiencias micronutricionales, no todos somos iguales. En algunos, el impacto es mínimo, en otros, estas deficiencias pueden ser el origen de disfunciones que, a su vez, pueden favorecer la aparición de enfermedades o empeorarlas.
Nuestros conocimientos científicos actuales aportan varias explicaciones a estas desigualdades.

La capacidad de asimilar los micronutrientes difiere para cada individuo
Depende del buen funcionamiento de los órganos digestivos (secreciones hepáticas, biliares, pancreáticas...) y del buen funcionamiento del ecosistema intestinal, a su vez fuertemente influenciado por el estado de la microbiota (o flora intestinal).
De hecho, la toma de antibióticos, una gastroenteritis, trastornos digestivos crónicos (estreñimiento, hinchazón...) o un estrés prolongado tienen repercusiones sobre la asimilación de los micronutrientes, que no podrá ser óptima.
Las necesidades de micronutrientes son propias de cada uno
Tienen relación con las predisposiciones genéticas y el modo de vida (sedentarismo, estrés...). Por ejemplo, algunos individuos «economizan» micronutrientes, mientras que otros los «consumen» más.
El consumo de micronutrientes varía a lo largo de toda la vida
Aumenta, por ejemplo, cuando el organismo está sometido a un estrés (físico o intelectual), tanto más cuanto que este estrés es intenso o prolongado.
Es más elevado en la mujer durante el embarazo.
También está influido por factores medioambientales como el tabaco y el consumo de alcohol, pero también por enfermedades, en especial si son largas o crónicas (responsables de un estado inflamatorio y/o de alteraciones digestivas).
Finalmente, la toma de ciertos medicamentos puede empobrecer las reservas de algunos micronutrientes.
Fuentes:
- Didier Chos (2014) En bonne santé grâce à la micronutrition. Editions Albin Michel.
- Etude ESVITAF : Herbeth B, Potier de Courcy G, Sancho J, Bourgeay-Causse M, Carreguery G, Chau N, Delacoux E, Le Devehat C, Lemoine A, Mareschi JP, et al. "ESVITAF". Survey on the vitamin status of the French: relationships between nutrient intake and biochemical indicators. ActaVitaminol Enzymol. 1985;7(3-4):207-15.
- Estudio de Bourgogne : de Carvalho MJ, Guilland JC, Moreau D, Boggio V, Fuchs F. Vitamin status of healthy subjects in Burgundy (France). Ann NutrMetab. 1996;40(1):24-51.
- Estudio de Val de Marne : Hercberg S, Preziosi P, Galan P, Deheeger M, Papoz L, Dupin H. Dietary intake of a representative sample of the population of Val-de-Marne; III. Mineral and vitaminintake. RevEpidemiol Sante Publique. 1991;39(3):245-61
- Estudio SU.VI. MAX : Hercberg et al. Communiqué de la coordination nationale SU.VI.MAX. 1998.
- Vernay M et al. Statut en vitamine D de la population adulte en France: l’Etude nationale nutrition santé (ENNS, 2006-2007). BEH 24 avril 2012/ n.° 16-17.