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La experiencia Microbiotas

PiLeJe, pionero en el estudio de los probióticos, desarrolla protocolos de investigación y de selección de las cepas probióticas específicas.

La visión PiLeJe: individualización y medicalización

Años de investigación sobre los probióticos han conducido a PiLeJe a desarrollar una experiencia en materia de selección de las cepas de probióticos, para una acción de salud particular, y de concepción de una formulación pertinente, que aportará los componentes elegidos hasta su lugar de acción.

Los probióticos son microorganismos vivos, por lo tanto, frágiles. Para que sean eficaces, deben conservarse y llegar intactos, a una buena concentración, al lugar donde actúan en el organismo.

 

Todas las etapas de la fabricación de un complemento alimenticio que contiene probióticos, hasta su liberación en su lugar de acción en el organismo, deben controlarse rigurosamente para garantizar la plena eficacia de las cepas bacterianas que contienen.

Individualización de las cepas

La gran mayoría de las cepas de probióticos utilizadas en los complementos alimenticios pertenece a los géneros Lactobacillus, Bifidobacterium, Streptococcus y Lactococcus. 

 

En cada uno de estos grupos, existen miles de especies, cada una de las cuales reúne miles de cepas diferentes.

Cada una de estas cepas está dotada de propiedades fisiológicas (por ejemplo, síntesis de mediadores antiinflamatorios) o también relacionadas con condiciones de cultivo (temperatura, pH, medio de cultivo…) que le son propias. En otras palabras, las propiedades de una cepa determinada no pueden extrapolarse a las otras cepas de la misma especie.

 

Esto permite comprender la importancia y la necesidad de realizar un análisis riguroso de las diferentes cepas susceptibles de entrar en una formulación y de seleccionar solo las más pertinentes, en términos de viabilidad/resistencia y eficacia.

Medicalización de la oferta

A estos datos relativos a la elección de las cepas bacterianas, se añade una reflexión más global sobre la formulación del producto y los beneficios sobre la salud que se quieren obtener. En efecto, para una temática de salud determinada, es lógico e indispensable clasificar todos los componentes potencialmente pertinentes que pueden entrar en su composición: vitaminas, minerales o también plantas.

 

¿El objetivo? Seleccionar aquellos capaces de actuar sinérgicamente con las cepas probióticas elegidas y, de esta manera, optimizar la acción buscada. Teniendo en cuenta un dato capital: cualquier componente asociado a un probiótico no debe alterar su viabilidad.

 

Finalmente, como última etapa esencial de la actividad del producto final, la forma galénica debe ser adecuada para poder conducir los componentes al objetivo de su acción: estómago, intestino o colon. En efecto, la capacidad de supervivencia de los probióticos a lo largo de todo el tubo digestivo es muy variable.

 

Sin una galénica juiciosamente elegida, la mejor de las formulaciones puede mostrarse totalmente ineficaz si no se libera en el lugar deseado.

El compromiso de PiLeJe

 

Los conocimientos actuales sobre las microbiotas implican dominar perfectamente ciertos criterios esenciales que aportan la calidad a una solución de salud que contiene probióticos:

  • la selección rigurosa de las cepas bacterianas a partir de criterios de eficacia y viabilidad; 
  • el control del medio de cultivo y de las condiciones de fabricación para mantener vivas estas cepas y, por lo tanto, susceptibles de ser activas;
  • el control de los excipientes y de los otros componentes eventuales de la fórmula para que no perjudiquen la acción y la viabilidad de las cepas de probióticos; 
  • la elección de una galénica capaz de mantener estas cepas estables y funcionales en el tiempo hasta su lugar de acción en el organismo.