Su empresa tiene cerca de 30 años…
No considero PiLeJe como «mi» empresa. Es la historia de un grupo de individuos que puso en marcha un proyecto que, al inicio, podía parecer fuera de lugar, pero que se ha impuesto con el tiempo.
El éxito de PiLeJe es el éxito de un grupo que se formó con unos objetivos, unos valores y una ética en común.
Desde hace cerca de 30 años, nuestra línea de conducta no ha cambiado. Hoy, nos damos cuenta de que nuestra idea inicial va en el sentido de la evolución de las prácticas de salud.
¿Cuáles son actualmente sus mayores satisfacciones?
Haber participado en el reconocimiento oficial de esta visión de la medicina.
La micronutrición, al principio marginal, ahora se enseña en la universidad desde 2001, en forma de títulos universitarios; los institutos de investigación públicos hacen referencia a ella y cada vez se publican más obras sobre esta práctica médica.
Otra satisfacción es haber sido precursor en el tema de la salud digestiva. Muy pocos pensaban que la microflora intestinal podía tener una importancia tan grande sobre el estado de salud en general y, por otra parte, en la actualidad, se habla de «microbiotas» a escala del organismo.
¿Cómo ve el futuro de PiLeJe?
El reto es ayudar a los pacientes a vivir mejor, evitar en la medida de lo posible la dependencia, mejorar la calidad de vida y mantener la salud de forma duradera.
Me gustaría que este proceso pudiera ser plenamente reconocido y accesible a todos. Las mutuas y compañías de seguros pueden desempeñar un papel importante.
La nutrición, micronutrición y fitoterapia clínica individualizada que desarrollamos requieren tanto la implicación de los profesionales, garantía de un consejo eficaz porque es individualizado, como la voluntad del gran público, cada vez más sensibilizado y responsable de su salud.