Cada uno de los ácidos grasos interviene de manera específica en determinadas funciones del organismo. Los precursores de los omega-3 y omega-6 activan enzimas que producirán reacciones bioquímicas que permiten la síntesis de los ácidos grasos de cadena larga: el ácido eicosapentaenoico (EPA), el ácido docosahexaenoico (DHA), el ácido gamma-linolénico (GLA), el ácido dihomo-gamma-linolénico (DGLA), el ácido araquidónico (AA)…
Numerosos estudios han puesto en evidencia, en especial, el papel específico de los omega-3 de tipo DHA en algunos trastornos. Por ejemplo, se ha establecido una relación entre el desequilibrio emocional y el déficit de omega-3. Otros estudios han demostrado el papel de los omega-3 en la plasticidad cerebral y la lucha contra la neuroinflamación, con reducción de los trastornos cognitivos y prevención de la aparición de estrés, ansiedad y depresión1.
El papel del DHA (ácido docosahexaenoico)
Los omega-3 DHA son constituyentes de las células nerviosas y desempeñan un papel importante en la estructura de las membranas. Contribuyen a la transmisión sináptica e intervienen también en el desarrollo y el funcionamiento del cerebro y la retina.
El DHA está especialmente implicado en las funciones de memorización. Participa en la transmisión de la señal nerviosa. Un estudio en 12 000 hombres y mujeres ha demostrado una correlación entre el consumo de DHA en el plato y una reducción menor del rendimiento cognitivo2.
Omega-3 de tipo DHA y desarrollo cerebral del feto
El DHA interviene en el desarrollo del sistema nervioso y de la retina del bebé. El DHA se encuentra en reserva en el tejido adiposo del bebé para terminar el desarrollo cerebral después del nacimiento, contrariamente a la cría de mono, que ha terminado su desarrollo cerebral al nacer. Por lo tanto, se recomienda aumentar el consumo de omega-3 durante el embarazo.
El papel del EPA (ácido eicosapentaenoico)
Los omega-3 son los precursores de sustanciasantiinflamatorias que forman parte de la familia de las prostaglandinas. El ácido eicosapentaenoico (EPA) se transforma en PGE3 (prostaglandina E3), cuyos efectos antiinflamatorios podrían ser interesantes en el tratamiento de las enfermedades inflamatorias: artritis, artrosis, inflamaciones crónicas…
Actualmente, se admite la estrecha relación entre omega-3 y buen funcionamiento del sistema cardiovascular.
¿Dónde encontrar los omega-3 de tipo DHA y EPA?
Los omega-3 de tipo DHA y EPA pueden aportarse únicamente con la alimentación. Se encuentran en los aceites vegetales:
- Aceite de colza
- Aceite de nuez
- Aceite de camelina
También están presentes en algunos alimentos que conviene privilegiar:
- Pescado graso, como la caballa, la sardina o el salmón
- Nueces
